Entrevista en El Diario Montañes el 30 de junio 2020 a Rebeca García Celdrán, intérprete, coreógrafa, pedagoga y presidenta de la asociación de profesionales de la danza Movimiento en Red.
ALVARO G. POLAVIEJA. SANTANDER. 30.06.2020
Tras meses de quietud forzosa… regresa el movimiento. ¿Cómo está afrontando este momento y cómo ha vivido el confinamiento?
Cada día llegan noticias nuevas y voy adaptando mis perspectivas de verano a lo que va llegando. He vivido el confinamiento con mucha tranquilidad. Necesitaba esa “quietud forzosa” en cuerpo y mente. Ha sido renovador.
La danza, como las artes en general y las escénicas en particular, se ha visto muy afectada por la crisis sanitaria. ¿Cómo ha sido ese efecto?
El parón para las compañías y las escuelas de danza ha sido desolador. Los artistas están deseando y necesitando volver a trabajar. El distanciamiento físico impuesto y la imposibilidad de acceder a espacios en los que dar clase, ensayar o crear, anula cualquier posibilidad de trabajo para nosotras, las que utilizamos el cuerpo como herramienta de trabajo. Es imposible mantener las distancias establecidas o trabajar desde casa.
¿Cuál es el estado de la danza y de sus profesionales en Cantabria actualmente?
La danza en Cantabria lleva muchos años trabajando muy duro desde el tejido privado, principalmente el pedagógico y de forma autofinanciada. La danza organizada como sector (pedagogía, creación, interpretación, gestión…) que está en diálogo con instituciones y otros actores del ecosistema cultural prácticamente acaba de nacer. En cualquier caso, la labor pedagógica desarrollada hasta ahora por las escuelas de danza de todo Cantabria ha sido esencial, como todo lo está relacionado con la educación, por lo que sólo es cuestión de establecer conexiones entre los diferentes agentes del sector.
Ante una situación tan complicada, ¿qué está haciendo el sector para tratar de volver de la mejor manera posible? ¿Qué medidas cree necesarias para minimizar el impacto y las consecuencias de la pandemia en su sector?
Para la danza, la mejor salida ahora mismo es reforzar su diálogo con las instituciones y saber aprovechar las oportunidades que están surgiendo en este contexto para desarrollar proyectos innovadores y sólidos que poco a poco fortalezcan y unan al sector. Por el momento, creo que esta crisis nos ha servido, en primer lugar, para darnos todas cuenta de que compañías profesionales y escuelas de danza deben colaborar y dejar de actuar por separado. Así que, en este tiempo, hemos trabajado más juntas que nunca, haciendo aportaciones, elaborando documentos, coordinándonos con otras asociaciones, canalizando el diálogo con las instituciones, etc. Y seguimos trabajando duro, pero es ilusionante sentir que caminamos juntas.
Más allá de su propio ámbito profesional, como ciudadana, ¿qué consecuencias, positivas y negativas, cree que va a tener esta situación en nuestra sociedad?
Creo que estos tres meses de confinamiento e incertidumbre nos han hecho aprender cosas nuevas de nosotras mismas y es algo que veo de forma muy positiva. A mí me ha servido para poner en el centro de mi vida la importancia de la familia, la amistad, el tiempo, el silencio, la naturaleza, el cuerpo, etc. Pero, sí, esto ha venido acompañado de consecuencias desastrosas en el terreno económico y también en lo social, con niveles altísimos de confrontación, desconfianza y miedo.
Es usted experta en danza y coreografías. ¿Qué aportan estas disciplinas a la sociedad y a las personas que las practican?
Autoconocimiento y verdad. La sociedad está demasiado influida por la imagen y las palabras, a menudo utilizadas de forma engañosa. Lo que se transmite en una sesión de danza es real, si lo siente tu cuerpo, no hay manipulación posible. En el ámbito de la creación, la danza aporta profundidad sensorial puesto que hay que desarrollar una comunicación en la que emisor y receptor pueden mantenerse conforme a los estándares habituales pero el lenguaje utilizado para generar el mensaje no es aquel con el que estamos acostumbrados a expresarnos.
Es usted directora de la Asociación Movimiento en Red. ¿En qué etapa se encuentra este proyecto y qué planes y objetivos a corto y medio plazo?
Nuestra labor desde la Asociación de Profesionales de la Danza ‘Movimiento en Red’ ha buscado siempre, desde su origen en 2016, la forma de crear redes y profesionalizar el sector para que la danza y sus profesionales cada vez sean más visibles y estén más unidas en nuestra región. Tenemos varios proyectos en marcha en el plano pedagógico, de creación y de mediación que verán la luz en otoño. En estos momentos tenemos un equipo gestor potente, cada vez se unen más personas a la asociación y se amplía la red con otras entidades dentro y fuera de Cantabria. Es un momento dulce para Movimiento en Red y seguimos convencidas de que más red, más danza.