Carmen L. Armengou, bailarina, coreógrafa y docente.
Imagen: Belén de Benito
Un tema imprescindible para el futuro de la danza en Cantabria es el puente necesario desde la escuela hacia el mundo profesional.
Hablamos de esto con Carmen L. Armengou, bailarina, coreógrafa y docente. Directora del Centro Autorizado de danza Armengou, con una trayectoria de más de 69 años enseñando danza a cientos de generaciones, y con alumnas que han sabido abrirse camino en el mundo profesional de la danza desde hace más de 40 años.
Para empezar ¿cómo diste tú el paso de la escuela a la vida profesional? ¿hace cuánto fue esto, sientes que el panorama ha evolucionado?
Terminé los estudios profesionales de danza clásica y danza española en 1992, en aquel entonces (plan de estudios anteriores a la LOGSE), se estudiaban por separado (7 años Ballet clásico y 5 años Danza Española) y tenías la opción de examinarte por libre en un conservatorio Nacional. En mi caso fue en el Real Conservatorio profesional de danza Marienma de Madrid.
Meses más tarde me trasladé a Madrid con un contrato como bailarina en Antena 3 de televisión, y gracias a ello pude compaginarlo con seguir formándome con diversos maestros en escuelas privadas de la capital, principalmente en el Centro de Danza Carmen Roche y en Amor De Dios.
Creo que ahora hay más opciones y posibilidades para esa transición, pero en muchos casos los estudios siguen siendo el puente a profesionalizarse.
Muchos jóvenes siguen sin tener apoyos en cuanto a ayudas económicas o becas adecuadas, lo cual, dificulta y hace que sea una opción cada día más elitista.
¿Qué opinas sobre este «puente» desde la escuela hacia la profesión en Cantabria?
Lamentablemente es muy precario, por no decir que inexistente. Hay muy pocas opciones de trabajo a realizar en buenas condiciones de contratación artística. Actualmente existen muy pocas compañías profesionales de danza que puedan necesitar y contratar a jóvenes en Cantabria.
¿Cómo ves en este momento el futuro de tus estudiantes cuando quieren seguir investigando, creciendo y desarrollándose como artistas o creadoras en Cantabria?
En el caso de la creación o investigación, aún es más complejo y difícil en nuestra comunidad, queda mucho por hacer. Ni siquiera hay un espacio realmente pensado y adecuado para las necesidades de la danza.
Los programas alternativos existentes, no reúnen los medios ni los incentivos por los que un joven se pudiera sentir valorado y acompañado en ese período artístico de su carrera. Creo que debe ser algo a tener en cuenta, y crucial, para quizá, crear sinergias con otras expresiones artísticas que enriquecen en muchos casos.
Muchos alumnos han estudiado desde muy temprana edad y no todos pueden irse de Cantabria en busca de estudios profesionales, superiores u oportunidades laborales. Al no tener opciones aquí o referentes asequibles para ellos, terminan por decantarse por otras salidas laborales.
¿De qué estaría hecho este puente? ¿Qué es necesario, según tu opinión, para fortalecerlo?
En primer lugar, ayudas económicas y recursos de formación, públicas o privadas para estudiantes con cierto nivel, que los ayude a encaminarse en ese paso intermedio hacia la profesionalización.
Sin duda, urge un espacio público adecuado y en rotación que de oportunidad a todos los estilos de danza que existen en la región. Dotado de una buena gestión en cuanto a un alquiler asequible, asesoramiento o acompañamiento de otros profesionales (iluminación, vestuario, dramaturgia etc) y donde finalmente pudieran mostrar sus trabajos al público, después de un periodo máximo de residencia artística.
En un mundo ideal ¿cómo sería este tránsito para l@s estudiantes que quisieran seguir desarrollándose como bailarines o coreógraf@s?
En mi opinión y experiencia, creo es importante salir de tu zona de confort, ser curioso y conocer a más bailarines, profesores, coreógrafos y coleccionar experiencias artísticas y vitales, para poder crecer y forjar tu carrera y criterio convirtiéndote paso a paso en lo que uno persiga… pero, y si eso fuera posible en la danza, sin tener que irte de tu región.
Las asociaciones de danza deben luchar unidas y fomentar mas propuestas adecuadas a jóvenes, las instituciones es imprescindible que escuchen a los profesionales del sector, y quién sabe, quizá algún día, como sucede hace décadas en Alemania u Holanda, conseguir una pequeña compañía de danza en cada comunidad autónoma. Nadie puede ya hoy dudar, lo que el arte aporta a la educación y cultura de un país.