Mónica Yunquera, maestra de educación infantil, formada en psicopedagogía, ballet clásico y danza contemporánea.
Este mes en el que ya la vuelta al cole está completada nos encontramos con Mónica Yunquera. Maestra de educación infantil, formada en psicopedagogía, ballet clásico y danza contemporánea. Apasionada de la danza, el movimiento, los niños y la innovación educativa, va desarrollando un proyecto en el que da cabida a la danza en el ámbito educativo, buscando la manera de trabajar el cuerpo promoviendo el descubrimiento de las posibilidades que nos da el nuestro propio y el de los demás y el gusto por ello, de una manera creativa y motivadora, abriendo una nueva vía de aprendizaje para la adquisición de experiencias que darán pie a otro tipo de conocimientos del ámbito académico, social y emocional.
Tu trabajo dentro de la enseñanza en los colegios es pionero en el mundo de la danza en Cantabria. ¿Podrías hablarnos un poco en que consiste?.
Tengo la grandísima suerte de trabajar en el centro educativo en el que trabajo, y contar con el enorme apoyo de mis compañeros, sin el cual esto no se hubiese podido llevar a cabo. Ell@s han dado prioridad al trabajo corporal y han tenido la generosidad de ceder sus horas de apoyo y horas de otras materias para que yo pueda intervenir con los alumnos. Tengo el placer de poder trabajar con los grupos desde infantil hasta 6 de primaria, una hora a la semana. El objetivo primordial de esta actividad es crear, entre todos, un espacio seguro, vivo, de confianza y desarrollo, donde tenga cabida el error, la exploración y la experimentación, donde poder encontrar diferentes vías de expresión y cada uno pueda llegar a “SER” teniendo como eje central el cuerpo a través de la interrelación de las artes (artistas famosos, pinturas, escultura, literatura, poesía, álbumes lustrados, música…) y contenidos curriculares.
¿Cómo la danza y el movimiento ayudan a la formación de los niños y jóvenes tanto a nivel cognitivo como humano?
Todo lo que pasa por el cuerpo se queda grabado en nuestro cerebro, todo lo que nuestro cuerpo vive, siente, experimenta, erra…. Se convierte en aprendizaje significativo del que somos dueños y señores y que ayuda a encontrar estrategias abriendo camino y desarrollando la capacidad de aprendizaje, alimentando la autoestima y la seguridad, protegiendo las ganas de seguir aprendiendo y dotándonos de la motivación necesaria para ello. El movimiento consciente nos da libertad en el espacio, en nosotros mismos y con respecto a los demás, nos da estrategias que se extrapolan no solo al ámbito educativo, si no también a el resto de nuestra vida, desarrollando la creatividad que nos van a ir dando paso en los diferentes escalones que tengamos que sortear.
Explícanos un poco como es acogido tu proyecto en el ámbito educativo.
Tengo la bonita sensación de que el proyecto está siendo acogido con curiosidad, y respeto y con creencia de que realmente funciona y aporta a nivel personal. Esta sensación, y el ver los resultados en el aula, es lo que me ha ayudado y motivado a continuar aprendiendo, seguir formándome y explorando, para seguir mejorando y conseguir que todos los niñ@s tengan la suerte de poder conocer su cuerpo y poder utilizar todo lo que este les da para afrontar su vida presente y futura en todos los aspectos. Ya han sido muchos los que se han acercado con curiosidad a las sesiones, profes de otros centros, estudiantes de magisterio… y actualmente estoy orgullosa de poder llevar a cabo diversas formaciones, con el gran objetivo de plantar en cada uno de ellos una semillita que quizás puedan ir haciendo crecer con sus alumnos.
En “tu mundo ideal” que espacio ocuparía la danza y el movimiento en el proceso educativo de las niñas, niños y jóvenes.
Pienso que una formación en torno al cuerpo tendría que ser obligatoria en todas aquellas personas que vayan a trabajar con otras personas, es decir, tod@s aquell@s que hemos decidido formar a las futuras generaciones, tendríamos que salir de la carrera sabiendo como guiar este trabajo corporal. Sabiendo la importancia del movimiento en todas las edades y sobre todo en las mas tempranas, creando espacios adecuados para ello en las mismas aulas o en aulas externas donde poder dar rienda suelta al cuerpo para saciar las necesidades. Si sigo soñando, podría desear que en todos los coles se atendiera a esto y que además hubiese profesionales cualificados que pudiesen impartir varias horas a la semana, por no decir todos los días, estas dinámicas de movimiento consciente.
Creo que si esto estuviese presente en la escuela, que es donde más tiempo pasan nuestros niños, desde los primeros años de escolarización, crecerían y se desarrollarían a través de un cuerpo respetado, entendido, seguro, creativo, curioso… un movimiento que nos acompañase en todas las etapas educativas de nuestra vida y quizás por seguir soñando, en todas las etapas de nuestra vida hasta nuestro fin.
¿Hacia dónde vamos ahora?
Leyendo la nueva Ley educativa, pienso que ya hay una buena conciencia de todo esto, se apuesta por el cuerpo y por darle importancia en todas las etapas educativas, pero, por otra parte, pienso que se necesita muchísima formación e información para entender cómo llevar este trabajo al aula con todo tipo de personas, edades, contextos…. Para poder trabajarlo con calidad, provocando ese aprendizaje significativo. Los futuros maestros todavía no tienen esta formación, y los futuros profesionales de la danza, que tanto podrían aportar en el ámbito educativo están a falta de una buena didáctica, y estrategias que les permitan dar libertad a los futuros cuerpos de la sociedad.